lunes, 9 de marzo de 2009

El desconocido cuerpo de las mujeres

La falta de respeto por el cuerpo de las mujeres, está conduciendo a las propuestas de “abolición bioquímica de la menstruación”, como si fuera un planteamiento progresista, aunque suponga una intervención hormonal constante durante la vida reproductiva.
“La investigación de la salud de las mujeres ha sobrepasado los límites que la encerraban solo en los órganos y hormonas relacionados con la reproducción (…). Este sesgo histórico está siendo redirigido (…). Cada vez más la asistencia sanitaria se ha de basar en las diferencias biológicas que comporta el sexo y las influencias del género en los factores de conducta, geográficos, culturales, económicos y sociales.” (Pinn VW. Sex and gender factors in medical studies: implications for health and. clinical practice. JAMA 2003; 289: 397-399.)
“Tenía miedo a una enfermedad mental, que en el fondo es con lo que la medicina convencional te castiga cuando no saben qué te pasa. ¡He tardado mucho tiempo en darme cuenta de que soy un todo y que es imposible separar mis carnes de mis vicencias, mi cuerpo de mi alma”. (Laura Mora Cabello de Alba).
“Rita, tiene 20 años ahora y las menstruaciones son cada día más dolorosas. Cuando tuvo la primera regla a los 13 años, casi no la notaba, pero a los 15 años ya tenía que dejar de ir a la escuela por que tenía mucho dolor durante el primer día. En su casa no le hicieron mucho caso y su madre le dijo que ya se le pasaría con el tiempo. Un día se desmayó en la escuela por el dolor y decidieron llevarla al médico. El médico de cabecera le recomendó unas pastillas antiinflamatorias durante el primer o segundo día, Durante una o dos menstruaciones le pareció que el dolor mejoraba, pero después en las siguientes, sintió cada vez más dolor. Con este proceso pasó casi un año, porque le decían que era demasiado joven par ir al servicio de Ginecología. Durante el examen de selectividad, que coincidió con el primer día de la menstruación se volvió a desmayar y la retiraron del examen.
Acudió al especialista, que le solicitó una Ecografía Ginecológica. En ella se diagnosticó la presencia de unos quistes al lado de los ovarios, una endometriosis. Habían transcurrido casi tres años desde que inició un dolor intenso durante la menstruación y el momento en que se diagnosticó la causa”.

Morbilidad invisible
Tanto la investigación médica, como la docencia y la asistencia sanitaria ha mirado a las mujeres “como si fuesen hombres” y no han visto sus problemas y enfermedades específicas, ni han entendido su queja, su malestar y su dolor. La salud de las mujeres se ha estudiado y valorado sólo como salud reproductiva, y este enfoque ha impedido abordar la salud de las mujeres desde una perspectiva integral.
También la superespecialización a que se ha visto sometida la medicina en los últimos treinta años, en aras a la eficacia, a troceado el cuerpo de los pacientes, y en especial los femeninos porque son los que demandan más atención de los servicios sanitarios ambulatorios y no precisan hospitalización.
Existe aún un gran desconocimiento, por falta de investigación y de información, de las enfermedades que padecen las mujeres, de sus causas y de la manera de prevenirlas. De hecho la formación médica no había remarcado que podían haber diferencias en el modo de enfermar de mujeres y hombres, que los métodos de diagnosticar pudieran ser diferentes, o que las terapias y los fármacos tuvieran diferentes maneras de actuar entre mujeres y hombres.
La formación del médico o la médica de primaria o de hospital no ha sido enfocada hacia las patologías más prevalentes entre el sexo femenino, ni tampoco dispone
(porque no existe) una ciencia sistematizada para apreciar la diferente expresión de la sintomatología de algunas enfermedades según el sexo de las personas.
En definitiva falta desarrollar la ciencia y hacerla visible y comunicarla de la “morbilidad femenina diferencial”, para erradicar la cultura del sufrimiento que intenta esconder la ignorancia científica de las causas del malestar y la sintomatología, predicando a las mujeres la resignación y la sumisión a un supuesto destino fatal que las obliga a vivir con molestias y con dolor.


Carme Valls i Llobet

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